lunes, 19 de junio de 2017

Exfoliante facial con moringa

Con sólo dos ingredientes podemos elaborar este exfoliante facial. La exfoliación semanal es una de las rutinas importantes para el cuidado de la piel. De esta forma se eliminan las células muertas de la epidermis. Para realizar la exfoliación vamos a necesitar un abrasivo suave que genere una ligera fricción con la superficie de la piel facial. Cuando lo retiremos con agua, se arrastrarán y eliminarán también las células muertas que restan brillo a la piel.

Lo dicho, solo vamos a necesitar en esta ocasión de dos ingredientes. El primero de ellos la moringa. Es uno de los alimentos más completos. Contiene vitamina C, A, gran cantidad de potasio, proteínas, hierro y fósforo. El polvo de la moringa se puede consumir como infusión o simplemente disuelto en agua o en un zumo de frutas. Indiscutible su valor nutricional, y en este caso nos es de utilidad por el polvo fino que nos va a permitir realizar la exfoliación.  


El otro ingrediente que vamos a emplear como base es
la glicerina vegetal que nos va a ofrecer una textura líquida pero con suficientes consistencia para incorporar el polvo de moringa y nos permite extenderla sobre la piel. Para obtener el producto final, solo debemos mezclar la moringa con la glicerina vegetal. Para una cucharada sopera, podemos probar con una cucharada pequeña de moringa aproximadamente. 

Para la exfoliación, primero mojamos la cara con agua, para que nos permita deslizar el exfoliante. Lo aplicamos y realizando pequeños círculos, vamos recorriendo toda el rostro teniendo precaución y evitando la zona de los ojos. Después, lavamos con abundante agua hasta retirar todos los restos. 

Es recomendable aplicar un tónico facial o hidrolato para completar el proceso. 

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