miércoles, 18 de octubre de 2017

Incienso, un facilitador de la conexión interna

El aceite esencial de incienso es uno de los más especiales de mi aromateca, uno de los que conforman mi botiquín particular, principalmente por la conexión olfativa que siento con él. Además, su valor terapéutico es excepcional. 

Encontramos varias especies de árboles del género Boswellia incienso: Boswellia carterii (Yemen), Boswellia sacra, Boswellia serrata (India). Pertenece a la familia de las Burseraceae. Podemos encontrarlos principalmente en la India, Península arábica, Somalia, Etiopía, Eritrea, Omán y Yemen. El incienso es un pequeño árbol con un gran número de troncos ramificados que crece en zonas semidesérticas. Se realiza una incisión en el tronco, y exhuda una resina blanca que en contacto con el aire se endurece y forma las "lágrimas" de incienso de color beige a marrón. Para obtener el aceite esencial se destila la gomoresina u oleoresina, llamada "lágrimas" de incienso. Suele ser incoloro, pero en algunas ocasiones es marrón claro o incluso oscuro. 



Su aroma es resinoso, recordando ligeramente a la trementina con el incienso de Yemen, y más dulce y balsámico para el que procede de Eritrea. 

La utilización de incienso con fines místicos y religiosos está documentada en varios continentes y en numerosas culturas: Egipto antiguo, Europa cristiana, India, Asia...

Las barritas perfumadas que encontramos en el mercado, en su mayoría, raramente tienen auténtico incienso. Con la elevación de la temperatura para que se "quemen" liberan a la atmósfera sustancias tóxicas como formaldehído, benceno... De forma, que precaución con estas barritas aromáticas, y aprovechemos el aroma que nos brinda el aceite esencial. 





A nivel bioquímico destacan los monoterpenos 40%, sesquiterpenos, ésteres y alcoholes. Entre sus principales propiedades: