martes, 14 de marzo de 2017

Con la primavera llegan las alergias- aromaterapia y otras recomendaciones

En las sociedades occidentales cada vez hay un mayor número de personas alérgicas. La alergia es una respuesta anormal del cuerpo al contacto con una sustancia que implica a numerosas funciones y órganos. Ya sea cutánea, respiratoria o alimentaria, una reacción alérgica implica al sistema inmunitario del cuerpo. 


Los espacios pequeños y poco aireados que aumentan el contenido de humedad y la proliferación de ácaros es una de las causas. El entorno más contaminado aumenta la irritación respiratoria, los aditivos que se añaden a la comida, las sustancias sintéticas de los cosméticos, así como la predisposición genética son otros de los factores del número tan elevado de casos de alergias.

La prevención debería tenerse presente durante todo el año, sobre todo a nivel nutricional. Los alimentos que se deben favorecer en una dieta anti-alérgica son aquellos que contienen estos nutrientes: la vitamina C cuya función en el organismo es antihistamínica; la vitamina E o tocoferol por su capacidad antioxidante; el selenio que potencia el sistema inmunológico; el magnesio que relaja la musculatura lisa disminuyendo los ataques asmáticos; el azufre estabilizando la membrana celular crea resistencia a liberar la histamina; los flavonoides; la vitamina B5 ayudando a las glándulas suprarrenales a producir cortisol y reducir por tanto la congestión, así como la bormelaína y la papaína, antiinflamatorias que reducen los síntomas de la sinusitis.

Además, se deben reducir las proteínas

procedentes de la carne, huevo, quesos fermentados y leche, por proteínas procedentes del pescado o legumbres, yogur o kéfir sin azúcar. Esto se debe a que el cuerpo necesita proteínas (aminoácidos) para producir IgE, que son los responsables de las alergias. Una opción saludable y a incluir en la alimentación de personas alérgicas es el aceite vegetal de perilla: tiene una gran cantidad de omega 3 por lo que contribuye al buen estado de las mucosas y a disminuir la inflamación en la alergia estacional.

Para prevenir las alergias es útil reequilibrar todas las funciones vitales relacionadas con el sistema inmune. El bienestar mental es fundamental para el equilibrio fisiológico y es especialmente destacado que muchos de los brotes alérgicos se agravan en momentos de estrés o ansiedad. Los aceites esenciales son un buen aliado para nuestra salud en este caso. Por ejemplo, los aceites esenciales con propiedades relajantes y anti-estrés incluyen la lavanda, naranja amarga, mandarina, melisa y manzanilla romana, entre otros.

Otras alergias están vinculadas con la sobrecarga del hígado por lo que se debe realizar una desintoxicación periódicamente, especialmente en primavera. Se puede emplear para este caso el aceite esencial de enebro, apio, romero verbenona y limón; además de los hidrolatos de té de labrador y de zanahoria.

Si ya se ha declarado la alergia o es una alergia conocida y predecible, los aceites esenciales antialérgicos son el estragón, manzanilla romana y tanaceto. En el caso de prurito, se utiliza una combinación vía tópica de caléndula, hipérico o aloe vera con espliego macho y manzanilla alemana. En las rinitis alérgicas, la elección de aceites esenciales se centra en la siempreviva de Madagascar, eucalipto radiata y menta de campo.

En ocasiones es necesario recurrir a antihistamínicos o corticoides que serán prescritos por el médico pertinente.

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