miércoles, 30 de marzo de 2016

Cleopatra y los aceites perfumados

Cleopatra, Reina de Reyes, nació en el año 69 a.C. y fue la tercera hija del rey Ptolemeo Auletes XI de Egipto. Vivió en Alejandría. Egipto era económicamente rico pero políticamente inestable, por lo que el padre de Cleopatra, se sentía inseguro. Sugirió a su hija buscar una fuerte alianza política con Roma, mientras le otorgaba una formación como la de los hombres más sabios y cultos de Alejandría.
Cuando tenía diecisiete años, el padre de Cleopatra murió. Cleopatra y su hermano se casaron: Dionisio se convirtió en el rey Ptolomeo XIII y Cleopatra fue su reina, pero también por su caracter seductor y ambicioso, se consolidó como la parte fuerte de la pareja y fue eclipsado por su brillante hermana.
En el año 48 a.C., el general romano Julio César llegó a Alejandría con 4.000 legionarios y soldados de caballería. Se emplazó en el Palacio Real y empezó a dar órdenes. Cleopatra se había pasado a las filas enemigas envuelta en una alfombra que fue entregada al césar.
A César no le llamó tanto la atención la belleza física como su inteligencia, su voz y su cuerpo ungido con aceite perfumado. Se convirtieron en amantes.


Cleopatra usaba todos los aceites perfumados que estaban disponibles en ese momento: romero, lavanda, nardo, mirra y jazmín en su baño diario de leche. El aceite de romero era uno de sus favoritos, con toda su vitalidad y las cualidades estimulantes de la mente. Tenía una sirvienta que lo vertía sobre su cabello ya que así estimulaba su cuero cabelludo y le daba un brillo especial.
Los egipcios dieron al sentido del olfato un significado especial. Durante cientos de años, los sacerdotes mantuvieron las fórmulas secretas de los perfumes, las cuales preparaban en talleres de perfumes adjuntos en la parte trasera de cada templo, donde sólo entraban ellos. Las inscripciones de las fórmulas todavía pueden encontrarse en las paredes.
Uno de los perfumes favoritos de Cleopatra era el jazmín, conocido por su poderoso efecto sobre los órganos reproductores y sus cualidades afrodisíacas, sobre todo para transformar el acto físico de la reproducción en una experiencia más espiritual. Era frecuente diluirlo con aceite para masajear el área de la pelvis con el objetivo de equilibrar las hormonas femeninas y crear un ciclo menstrual regular. También fue una ayuda para Cleopatra en sus dos principales relaciones amorosas y en el parto fortaleciendo las contracciones uterinas.
Su trabajo como aromaterapeuta fue invalorable como declaración de los efectos que los aceites perfumados confieren al cuerpo y a la mente.
El perfume Cleopatra, conecta a la mujer con su parte más sensual proporcionándole una sensación de seguridad y belleza que facilita la unión con su pareja. 

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