Hay algo consustancial al día y es la noche. Momento
en que solemos descansar, dormir y reponer fuerzas. Y a pesar o además de
ese reposo, seguimos con la actividad a través de nuestros sueños. Según dicen, todas
las noches soñamos, todas, aunque no siempre recordemos lo que
soñamos o no siempre nos dejemos recordar lo que hemos soñado.
Los sueños nos hablan de nuestras ilusiones, de nuestros
temores, de nuestros proyectos, de nuestras aspiraciones, de nuestros
deseos,... nos hablan en definitiva de nuestro inconsciente, de nuestro
interior, de nuestra realidad personal. Son una vía y un camino que
nos aporta muchas pistas y de los que podemos extraer muchos datos para
comprender el pasado, vivir el presente e incluso reconocer lo que anhelamos
para el futuro.
Nosotros mismos somos los que creamos nuestros sueños. Debemos reconocernos como directores de nuestras producciones
nocturnas y aprender a ser unos buenos espectadores.
Pero para eso debemos estar abiertos a ello, debemos
desbloquear o no bloquear el mecanismo por el cual soñamos y recordamos lo que
soñamos, debemos dejar que el inconsciente se haga presente en el consciente al
recordarlo, debemos ser valientes para querer saber qué escondemos en lo más
profundo de nuestros deseos.
Porque es cierto que muchas veces no queremos saber, no
nos permitimos conocer ni en sueños qué es lo que deseamos, no nos dejamos
sentir nuestros anhelos ni en los momentos de desconexión y relajación, no
somos capaces de permitirnos ser felices y ver realizadas nuestras aspiraciones
ni en los sueños... Triste, pero así es.
Y además, no sólo es soñar y recordarlo, sino que después
deberíamos hacer un trabajo a nivel consciente con ese material tan valioso que
nos pretende aportar claridad a nuestra vida cotidiana. Debemos discernir sobre
los elementos principales del sueño, cuál ha sido la sensación que nos ha
causado, cuál era nuestro papel en él, en qué posición nos encontrábamos, cuál
es la interpretación que realizamos de ese sueño en concreto en el momento en
que nos encontramos... y en su caso, ver qué actitud, camino o medida
tomaremos al respecto.
Os invito a que indaguéis/indaguemos sobre el
significado que tienen nuestros sueños y cada uno de los elementos que en ellos
aparecen. Debemos emprender un "trabajo" con ellos lejos de lo
misterioso y lo lejano, más bien teniéndolos muy presentes y viendo la relación
con nuestra vida diaria.
¡Felices y esclarecedores sueños!
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