La equinácea es una hierba perenne que alcanza los 45 cm. de altura. Tanto la raíz como la parte aérea de la planta se utilizan con fines medicinales puesto que los principios activos más característicos de la raíz son los hidratos de carbono de cadena larga, que estimulan el sistema inmunológico.
Popularmente se ha empleado en casos de gripe, tos, afecciones gástricas, sinusitis y parásitos intestinales. Este conocimiento popular se ve reforzado por la ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytoteraphy) que recomienda la aplicación de raíz de equinácea como terapia de apoyo en caso de infecciones gripales y aconseja su ingestión para prevenir resfriados. En numerosos estudios se ha probado el efecto antibacteriano, antiviral e inmunoestimulante de esta planta. En experimentos celulares y en pruebas con ratones quedó demostrado que la equinácea puede aumentar la actividad de los fagocitos del sistema inmunitario.