La mujer aplicó desde el primer momento gel de aloe vera y tras consultar si podía complementar con otros recursos, se le ofreció un abordaje tópico con aceites esenciales y vegetales prácticamente desde las primeras horas de evolución. Al inicio se pautaron aplicaciones muy frecuentes para aliviar la inflamación y el dolor que sentía, y según ha avanzado el proceso se han ajustado los porcentajes de aceites vegetales y esenciales, así como el número de aplicaciones.
Entre los aceites vegetales que se propusieron se encuentran el de rosa mosqueta, que contiene un 80% de ácidos grasos polinsaturados, de los cuales un 44% es ácido linoleico y un 36% ácido malfa-linolénico, imprescindibles para la regeneración celular y el mantenimiento de la flexibilidad de las paredes celulares. Favorece la síntesis de colágeno y la presencia de células jóvenes.
En cuanto a los aceites esenciales, se centró la formulación en potenciar tres puntos principales:
-Abordaje del dolor: laurel, laurus nobilis
-Reducir la inflamación y calmar la algia: espliego macho, lavandula spica. Además de sus maravillosas propiedades regenerantes y cicatrizantes de la piel.
-Regeneración cutánea: incienso, boswellia carterii. Destaca en