La primavera nos invita a plantar y regar la semilla de nuestro/s sueño/s, nutriéndola de la energía solar, del aire y del clima que poco a poco nos conducirá a pasar más horas al exterior. Al igual que en los árboles empiezan a surgir los nuevos brotes verdes, nuestro cuerpo empieza a sentir el ascenso de la energía requiriendo mayor energía para poner en marcha los proyectos e ideas que hemos estado gestando en el otoño e invierno y que alcanzarán su plenitud en la estación de verano. Por lo tanto, nos encontramos en una estación de transición, en la que todo debe "situarse" para los meses venideros.
La alegría, la pasión, la ilusión... es propia de esta época. Como mujeres y como hombres, podemos acercarnos y recordar nuestra época adolescente, juvenil, de estudios superiores o de los primeros trabajos... donde muchas de las experiencias eran nuevas, donde nos emocionaba las cosas que emprendíamos por nosotros mismos, donde apostábamos todo por aquellos que teníamos al lado y aquello que creíamos merecía la pena, donde la dosis de locura