Una manera sencilla y práctica de llevar nuestra mezcla aromática preferida cerca de nosotros es como perfume sólido. No contiene alcohol ni fragancias sintéticas, sólo aceites esenciales y esencias naturales. Lo más "complejo" de esta elaboración es seleccionar la mezcla aromática para el perfume sólido. Podemos escoger sólo un aceite esencial, si es que sólo deseamos que sea ese aroma el que forme parte, o seleccionar varios para crear una mezcla aromática equilibrada.
Si el perfume que elaboras es para ti, entonces es más sencillo escoger aquellos por los que tienes preferencia e intentar encontrar una armonía para la mezcla. En el caso de que sea para regalar, lo ideal es conocer qué aceites esenciales gustan a esa persona y emplear sólo uno, o una mezcla sencilla de dos o tres, pues aunque haya varios aromas que gusten por separado, quizás el resultado de la combinación no sea el esperado. En estos casos, la sencillez puede llevarnos a acertar.
Otra opción si deseamos ofrecer este detalle, es emplear aceites esenciales o esencias que a una gran mayoría suelen agradar, como las esencias de cítricos (precaución a la posterior exposición solar o aplicar en zonas donde no vaya a dar el sol directamente), el yuzu, la canela... Pero lo cierto es que, en cuestión aromática, cada persona es un mundo, y no podemos generalizar.
El proceso es sencillo:
Colocamos el aceite de jojoba al baño María junto a la cera de abeja y dejamos que se funda. Sacamos del fuego y esperamos a que haya bajado la temperatura hasta unos 35 grados. Entonces incorporamos el aceite esencial o la mezcla de aceites esenciales que hemos escogido, así como la vitamina E.
Las proporciones que nosotros hemos utilizado: