Una vez ha pasado este tiempo, podemos guardarlas y secarlas, pues las flores permanecen con un tono más ocre, pero nos permiten crear bonitos ramilletes con ellas de flores secas. Si no podemos recolectarla directamente o no disponemos de ella al alcance, se puede adquirir la planta seca en herbolarios y similares, además de algunas tiendas que distribuyen productos para la elaboración de cosmética natural.
Además de esta utilidad, la hemos seleccionado para realizar el oleomacerado junto a otra planta medicinal, la malva. Así, tenemos a nuestro alcance una base vegetal que emplearemos vía tópica en caso de irritaciones de la piel y procesos inflamatorios de la misma, como dermatitis, quemaduras, psoriasis, acné, cicatrices. Nunca viene de más tenerlo preparado para nuestro botiquín natural, y con él elaborar nuestros aceites, mantecas, ungüentos... cuando algún proceso cutáneo así lo requiera. Y complementarlo según la necesidad específica con los aceites esenciales más indicados para la situación.
Tras la recolección, procedemos a la maceración:
-Herviremos un bote con tapadera.
-Una vez seco introducimos las hierbas medicinales. Normalmente cubro 3/4 partes del contenido del tarro con las plantas. Otras recomendaciones hablan de 20 gr. de planta por 250 gr. de aceite vegetal.
-Completamos hasta el borde con el aceite vegetal escogido. Un aceite vegetal que puede acompañar muy bien es el de girasol. Pero podemos emplear el que queramos
Tras la recolección, procedemos a la maceración:
-Herviremos un bote con tapadera.
-Una vez seco introducimos las hierbas medicinales. Normalmente cubro 3/4 partes del contenido del tarro con las plantas. Otras recomendaciones hablan de 20 gr. de planta por 250 gr. de aceite vegetal.
-Completamos hasta el borde con el aceite vegetal escogido. Un aceite vegetal que puede acompañar muy bien es el de girasol. Pero podemos emplear el que queramos