El Yuzu, es una esencia que aunque conocía teóricamente desde hace unos meses, la primera vez que tuve contacto, fue hace un par de semanas en Bilbao, a través de la difusión atmosférica del difusor que había en la sala donde impartimos el curso de formación. Hoy acudía a un curso y en el espacio donde lo realizábamos disponían de Yuzu. Así que, a pesar de que podía adquirirlo directamente a través de una de las marcas que lo comercializa puesto que nos distribuyen sus productos, he decidido regalármelo.
Del Yuzu, citrus junos, se produce la destilación de su cáscara, como del resto de cítricos y destacan las moléculas aromáticas de limoneno, y-terpineno y felandreno. Pero si con todos los cítricos siempre debemos tener una especial precaución con la exposición solar, en este caso, el Yuzu no es fotosensible por lo que va a ser uno de los imprescindibles cuando queramos hacer una crema, perfume, loción... en la que la nota cítrica esté presente y en la que pueda haber una exposición solar.
El fruto del Yuzu es de color amarillo anaranjado y proviene de un pequeño árbol perenne con hojas de un color verde intenso y brillante.
Las moléculas bioquímicas nos muestran al Yuzu como un excelente equilibrador del sistema nervioso central ayudándonos a calmarnos, relajarnos así como a tener un sueño más profundo y calmar el sistema nervioso simpático. Al igual que el limón, es un gran antiséptico atmosférico que también nos ayudará en procesos digestivos así como con un ligero efecto laxante. ¿Para que lo emplearemos entonces? Para cualquier proceso conectado con estrés, agitación, nerviosismo, rabia, tristeza, insomnio, angustia... y también tras una comida copiosa, gases o estreñimiento leve.