lunes, 8 de agosto de 2016

Macerado de plantas con propiedades antiinflamatorias

Los macerados son una de las maneras en las que se puede extraer los principios activos de las plantas. En esta ocasión, para el macerado hemos escogido plantas con propiedades antiinflamatorias, que dentro de unas semanas utilizaremos para elaborar por ejemplo, ungüentos y cremas para dolores musculares. ¿Qué plantas hemos escogido?




-Harpagofito, Harpagophytum procumbens. La raíz de harpago sudafricana tiene un efecto antiinflamatorio y analgésico. La ESCOP recomienda su ingestión no sólo en caso de artrosis y trastornos reumáticos, sino también para tratar la falta de apetito. El nombre de garra del diablo se debe a los poderosos garfios presentes en sus frutos. Sus brotes largos de hasta 1´50 metros se arrastran por el suelo y sus hojas presentan un largo pecíolo y están lobuladas. El harpago crece en torno del desierto del Kalahari, en el sur de África, presente en cerca del 4% de la superficie de Namibia. Los tubérculos jóvenes se recogen en primavera y se cortan en pequeños trozos. 

En medicina se emplean los tubérculos de almacenamiento situados en las raíces secundarias. Los principios activos más importantes son los iridoides, por ejemplo, los harpagósidos, los derivados de feniletanol y los hidratos de carbono de cadena corta. Tradicionalmente la raíz de harpago se ha utilizado en caso de heridas y enfermedades cutáneas, dolores, artritis, alergias, enfermedades del metabolismo, así como dolencias renales, vesicales, hepáticas y biliares. No se debe emplear en caso de úlcera de estómago. 

-Rabet de gat, Sideritis hirsuta. Mata baja con la cepa muy leñosa. La inflorescencia está cubierta de finísimos pelos y toda la planta desprende un suave olor de limón. Florece de abril a julio. En sus principios activos destacan los flavonoides y los taninos. Es un potente antiinflamatorio, antiséptico y antiespasmódico. 

-Sauce, Salix spp. En la antigüedad se apreciaba la corteza de sauce por sus propiedades cicatrizantes, pero pronto se descubrieron sus efectos analgésicos. En medicina se emplea la corteza seca de las ramas jóvenes recogida en primavera. Desde el punto de vista farmacológico, los principios activos más importantes son los glucósidos de ácido salicílico, sobre todo la salicina, así como los taninos y flavonoides. Al igual que el ácido acetilsalicílico, el ácido salicílico es un remedio eficaz en caso de artritis leve y moderada, ya que inhibe determinados enzimas responsables de la aparición de la reacción inflamatoria. No debe administrarse por vía oral en menores de 12 años. Tampoco es aconsejable si se padecen úlceras de estómago o duodeno, asma o diabetes, o si se usan medicamentos anticoagulantes.