Los largos días de verano van dejando paso a días más cortos, a temperaturas más bajas a primera hora del día y también de la tarde-noche, a otro ritmo. El ciclo de la propia Naturaleza nos ofrece las pistas para nuestro propio devenir cíclico como seres sintientes que con ella convivimos.
El otoño, con la caída de las hojas de los árboles, nos invita a hacer preguntas como las siguientes: ¿mi camino está en la dirección correcta?, ¿en mi día a día estoy pudiendo ofrecer lo mejor de mí mism@ a través de mi trabajo, mis relaciones, mi tiempo de ocio, mi pasión...?, ¿qué son aquellas cosas que sigo cargando por rutina y no suman ya nada en mi vida?, ¿qué experiencias aún no he permitido que salgan de mí de la manera adecuada, y suponen un lastre?...
Es momento de que la Luz que se repliega del exterior, sea una Iluminación silenciosa en nuestro interior. Una conversación franca y sincera con nuestro Ser, averiguando y sintiendo profundamente todas aquellas cosas, circunstancias, experiencias, personas... que ya no tienen cabida en el curso de nuestro caminar. Igual que los árboles dejan caer suave y ligeramente sus hojas, sin pesar, sin aferrarse a ellas,... así debe ser nuestro otoño particular. Revisando aquellas "hojas" que ya no pueden acompañarnos, que no permiten que nuestro avance sea ligero, que ya aportaron todo lo beneficioso para nuestro aprendizaje. Y que ahora, sin ningún dolor, solo desde la comprensión de que debemos fluir y aprender lo que aquello nos quería decir, debemos dejar partir para que sean el abono para renacer en primavera.
Las hojas secas, las experiencias pasadas, tienen su Belleza. Comprende que aquellas que caen, han nutrido a tu Ser durante un tiempo, y que ahora siguen formando parte de ti, pero de otra manera, sin
suponer una carga.
Céntrate en este inicio de Otoño en esas reflexiones, conectándote con la propia Luz que hay en tu interior. Depura tu organismo, tus pensamientos, tus experiencias...
Mi propuesta es la siguiente:
-Hidrolato de enebro, Juniperus communis water. Toma una cucharada de este hidrolato en un vaso de agua todos los días, durante un ciclo de 21 días.
-Aceite esencial de Eucalyptus dives, eucalipto mentolado. Un aceite esencial que destaca por la presencia de piperitona y alfa-felandreno. Su aroma a mí particularmente me aporta frescura, a la vez que una respiración profunda. Ideal para darnos claridad y que nuestro respirar la Vida sea más amplio y profundo. Os lo recomiendo vía inhalatoria.
-Aceite esencial Canarium luzonicum, Elemí. Te sugiero que apliques 3 gotas en cada planta del pie diluidas en 5 gotas de aceite vegetal. Realiza un suave masaje todas las noches, durante al menos 4 semanas. Emplea esos minutos para profundizar en tu caminar, en tus pasos, en si debes re-dirigir tu sendero,... permitiendo escuchar y expresar tu auténtico sentir, aquello que tu Ser desea comunicarte.
¡Que sea un maravilloso tiempo para soltar! ¡Feliz equinoccio, feliz Mabon!
*La información presente en esta entrada es una propuesta. Realice siempre una prueba cutánea en el pliegue del codo para valorar la tolerancia y/o posibles reacciones.
** En el caso de recetas cosméticas, la realización, aplicación y posibles efectos es responsabilidad del usuario y no está destinado en ningún momento a un fin comercial ni de venta al público sin cumplir las preceptivas normativas legales cosméticas.
***Estas recomendaciones no sustituyen la consulta al médico o especialista si así se requiere.
****Emplee siempre aceites esenciales y vegetales de calidad. No superar la dosis recomendada y siempre consultar con un especialista en aromaterapia si presenta cualquier enfermedad o patología.
*****No emplear embarazadas, lactantes ni niños menores de 12 años (consultar previamente).
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