Esta manteca batida es sencillísima de elaborar. La podemos emplear para el cuidado de zonas donde la piel es más seca como codos y talones, para las personas que tienen la piel seca y también será muy útil que la utilicemos tras la exposición solar, un día de playa,... va a aportar una nutrición extra que le irá de maravilla a nuestra piel.
La base de esta manteca batida es la manteca de karité y el aceite vegetal. A partes iguales los vamos a incorporar. Y como toque final, la vitamina E y los aceites esenciales que escojamos (en esta época mejor prescindir de los aceites fotosensibilizantes o utilizarla sólo de noche). Pues a por ello:
-100 gr. manteca de karité, Butyrospermum parkii (de la mayor pureza y calidad posible)
-100 gr. aceite vegetal. En este caso yo he incorporado 30 gr. jojoba Simmondsia Chinensis, 20 gr. germen de trigo Triticum vulgare, 50 gr. albaricoque Prunus armeniaca; pero podéis escoger aquel que vaya mejor a vuestra piel, a la zona en la que vayáis a utilizarlo, el que os guste más...
-1 gr. vitamina E
-1 gr. aceite esencial o 30 gotas. Mi elección ha sido a partes iguales: 10 gotas de lavanda Lavandula angustifolia, 10 gotas de yuzu Citrus Junos y 10 gotas de ylang ylang Cananga odorata. Con la lavanda calmamos la zona en la que apliquemos, la nota cítrica es propia del verano con la particularidad de que no es fotosensibilizante y el ylang ylang como toque personal para que deje su huella.
El proceso es también sencillo. Tenemos que tener la manteca de karité a temperatura ambiente y aunque sin fundir, que podamos trabajarla con las varillas de la batidora. Si es invierno podemos dejarla previamente unos minutos cerca de un radiador para que no esté tan sólida, y ahora en verano, por ejemplo, podemos dejarla unos minutos en una ventana por la que entre el sol para que sea más fácil manejarla. La metemos en un recipiente y vamos incorporando poco a poco el/los aceite/s vegetal/es mientras batimos con las varillas.
Solo queda esperar a que vaya cogiendo la consistencia que podéis apreciar en las imágenes. Una vez tengáis la textura, incorporamos la vitamina E y los aceites esenciales y damos un último toque con la batidora para que se incorporen bien.
Envasamos y ¡lista para emplearla!
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